En la historia de la humanidad, siempre ha habido formas de controlar y guiar el cuerpo del ser humano. Ahora se exiende a otras formas de servidumbre a nivel planetario: un consumismo masivo y generalizado. ‘Compro, luego existo’ cuestiona la fascinación consumista no sólo de la China contemporánea, sino esta plaga compulsiva que se extiende a nivel planetario. Una nueva manera de esclavitud y control sobre la mujer, en mayor medida, pero sobre el ser humano en general.
En este contexto, la mujer, en lugar de ser símbolo de resistencia y equilibrio, se convierte en el gran objeto que garantiza las ventas del mercado. Así, el potencial humano, fuente de vida, se pulveriza hasta quitarle su poder y convertirse en una marioneta que avanza caótica, desnuda, ciega y sorda hacia la muerte de su potencialidad, paralizada y despojada de sus formas profundas.
La subjetividad del capitalismo tardío se desarrolla en una reproducción constante de una poética de mercancías, logotipos y marcas comerciales, todo lo cual impregna nuestros cuerpos, nuestro lenguaje, nuestra percepción, formando subjetividad e inspirando identidades. ‘Compro, luego existo’, revela que la representación se encuentra en ese enclaustramiento: el del capitalismo. Pero la pieza también pone de manifiesto que la performance puede permitir la liberación respecto de la mercantilización de identidades por parte del capital.
Referencias a los artistas visuales Bandi Panda, Ma Qiusha, Barbara Kruger y Sylvie Fleury, así como a los penitentes de la Semana Santa española, René Descartes y Michael Foucault.
Diana Coca
Colabora: Frank Merfort, Esteban Andueza, Elena Quintana, Judith Arteaga, Laurens Tan, Fibi, Lan Li, Sun Ping, Susa Plaza, Restaurante Migas, Bamboo Hotel, Fundació Pilar i Joan Miró, La Casa Encendida, Institut Ramon Llull, Three Shadows Photography Art Centre, Melissa Shoes